Llegado el gran día de tu boda, sentirás una gran batidora de sentimientos dentro de ti: emoción, nervios, incertidumbre…
Por ello, desde Antigua Fábrica de Harinas os queremos dar unos consejos para que los recordéis a lo largo de vuestra boda. Se trata de detalles sencillos, pero que debido a nuestro estado, podemos no caer en ellos.
En los días previos a vuestro enlace, seguro que se han dado detalles que finalizar; y cosas que ultimar: la música; los detalles de boda; las últimas confirmaciones de invitados… Por esto, tómate unos segundos para respirar y leer nuestros consejos:
Qué no olvidar el día de la boda y que todo sea perfecto
Date tiempo para arreglarte
Que no sean todo prisas en tu gran día por los nervios. No dejes que se apoderen de ti y toma el tiempo que necesites para verte tal y como esperabas. Y si se hace un poco tarde… habrá que cumplir el mito de hacer esperar un poco a tu pareja en el altar.
En el refranero español tenemos eso de ‘vísteme despacio que tengo prisa’, y es que no hay nada más cierto. Para que todo salga bien y te veas como quieres, necesitas tiempo. Eso sí, procura elegir bien los tiempos de cada profesional: que maquillaje y peluquería tengan cada uno su espacio y horario establecido; con la suficiente antelación por si surgieran imprevistos; como algún pelo rebelde.
Sin prisa pero sin pausa
En tu camino hacia el altar, camina despacio, no hay prisa; paso tranquilo y firme. Disfruta de esto, saluda a tus amigos e invitados…
Es un momento de nervios, ya que todos los ojos estarán puestos sobre vosotros; pero también es algo que vivirás una vez: disfrútalo.
Aunque veas la tentación de acelerar el paso, mejor respira hondo y camina a un ritmo pausado. Estar será una forma también de evitar tropezones con los nervios.
Es importante que antes del gran día, pruebes los zapatos y los lleves puestos a ratos. Así ya tendremos los zapatos hechos a nuestros pies y será una preocupación menos en el momento.
Centrarse en la pareja, además de invitados
A veces con todo el ajetreo, nos olvidamos o nos alejamos de nuestra pareja; centrándonos más en los detalles como visitas a las mesas de nuestros amigos; familiares; a los imprevistos…
Intentad que el agobio del protagonismo no os invada y pasad todo el tiempo posible juntos: miradas cómplices, caricias, sonrisas… fíjate en tu pareja, que seguro que os tranquilizáis mutuamente y os ayudáis para disfrutar al máximo de vuestro día.
Podéis visitar y dar las gracias a vuestros invitados, pero sin descuidar el por qué estáis ahí: es vuestro compromiso, que marcará un antes y un después en vuestras vidas.
Disfrutad también del banquete
Es un día para vosotros, y todo el mundo querrá hacerse fotos con vosotros; charlar; preguntaros qué tal estáis… pero entre cánticos, fotos y preguntas, ¡que no se os olvide comer!
Es un menú que habéis elegido con cariño pensando en vuestros invitados; pero también en vuestros gustos. Intentad relajaos un poco, sentaos, y degustad vuestros platos.
No agobiarse ante imprevistos
Ante cualquier cosa que pudiera surgir, ¡que no te amargue el gran día! Todo tiene solución finalmente, así que relajaos, ¡y pasadlo en grande junto con vuestros invitados!